“No somos responsables de las
emociones, pero sí de lo que hacemos con ellas”
Jorge Bucay
Las emociones forman parte de la vida de todas las
personas, adultos y niños sentimos cada día un gran abanico de emociones que
nos hacen sentir vivos. Sin embargo, cuando algunas de estas emociones no son
bien canalizadas, aparecen conductas desagradables y destructivas para uno
mismo y para los de nuestro alrededor.
De la misma forma que los niños se desarrollan
física y cognitivamente, también progresan emocionalmente. Por este motivo, un
buen aprendizaje en educación emocional les permitirá tener una adecuada
gestión de sus emociones en la vida diaria y un buen desarrollo psicoafectivo.
¿Qué beneficios tiene la educación emocional en los niños?
Aprender a reconocer y a gestionar las emociones
desde niño permitirá consolidar una base emocional preparada para afrontar
situaciones futuras canalizando las emociones de forma adecuada.
La educación emocional incrementa la confianza en
uno mismo, mejora la autoestima, enseña a identificar/reconocer las propias
capacidades y a aprender de sus errores, desarrolla buenas habilidades
sociales, asertivas y con capacidad para resolver conflictos de forma
satisfactoria.
¿Cómo podemos fomentar la educación emocional desde casa?
A continuación detallo algunas pautas que ayudaran
a trabajar las emociones de los niños desde casa:
- En primer lugar, para poder enseñar educación emocional será esencial que los adultos sean capaces de identificar sus propias emociones. Los padres deben estar concienciados emocionalmente, es decir, deben ser conscientes de sus propias emociones, así como de las causas y las posibles consecuencias. De la misma forma, también será importante verbalizar nuestras emociones para que los niños aprendan a identificar y gestionar sus propias emociones.
- Atención plena. Escuchar en todo momento aquello que los niños quieran explicarnos. De este modo, se sentirán valorados y se creará un clima de confianza para que puedan contarnos todo aquello que les preocupe. Recordad que aunque algunas preocupaciones de nuestros hijos pueden parecer irracionales o “tonterías” en el mundo adulto, para el niño son serias y reales. Es muy importante respetar siempre sus emociones, escuchando sus opiniones y ayud´ndoles a detectar sus emociones, así como enseñándoles a aceptarlas e incidir en el comportamiento que derive de ellas.
- Ponernos en su lugar mostrando empatía. Podemos utilizar frases como… “Te entiendo porque yo también me hubiese sentido triste (alegre, avergonzado, etc.) en esa misma situación”. De esta forma nos acercamos a ellos, dándole importancia a lo que sienten e identificándonos con ellos.
- Dar ejemplo. Debemos pedir disculpas si nos hemos equivocado, ser amables, tratar con respeto, etc. Los niños y niñas nos observan y copian nuestras conductas. Por ello, debemos comportarnos como nos gustaría que ellos se comportaran.
- Respetar las diferencias entre niños y evitar comparaciones. Cada niño tiene una forma de sentir y expresarse, de la misma forma que cada niño tiene sus propias habilidades. Se deben evitar comparaciones, para prevenir emociones de envidia y celos, e incrementar la autoestima del niño/a.
- Los cuentos. La lectura nos ofrece la oportunidad de que los niños y niñas se adentren en historias potenciando la reflexión sobre las emociones de sus personajes, fomentando la empatía y motivando la comunicación en casa. Los cuentos permiten descubrir emociones nuevas que los niños y niñas todavía no conocen o no saben identificar, permitiéndoles entender porque se sienten de una determinada forma, ayudándoles a comprender su interior y a expresarse con naturalidad.
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